Y luchamos… trabajamos de sol a sol, nada nos detuvo… y nuestros esfuerzos, nuestro sacrificio, dieron sus frutos.
Cierto día, uno de esos tantos, en que paseaba mi nostalgia por la costa, divagando, perdida la mirada en el inmenso Atlántico, de pronto un cartel llamó mi atención.
Me encontraba en Boulevard Marítimo y Colón, y admiré la hermosa arquitectura de esta construcción. Contemplé cómo se amalgamaba con la armonía panorámica costera. Y todo mi sentir ancestral de lo bello, afloró en este hijo de Sant Angelo in Vado.
De pronto, comprendí que yo debía hacer “algo” por esta ciudad que tanto nos había dado… Sí!!! Debía impedir, al menos, que esta casa cayera bajo la piqueta demoledora, en aras del progreso!!!
Y volvió a bullir en mi sangre ese algo más que traía en mi pobre equipaje de entonces… Y volví a la lucha!!!